sábado, 8 de noviembre de 2014

Rima VII

Cuan caprichosa es la vida
que nunca deja libre de castigo,
y hiere mi imberbe esencia
con horas ligeras y mancas de sigilo.


No vuelve el júbilo, y tu risa
en el ávido olvido perece.
Opacas te suceden las sombras
que en la umbría ausencia crecen.


Ingenuos son los días inminentes
que alegres suponen mi contento,
mas no puede haber mayor quebranto
que de nuestro lazo el desgarro férreo.





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